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El bruxismo y la alteración en la neurotransmisión de dopamina

El bruxismo se define como un trastorno en el movimiento de la mandíbula, que se caracteriza por apretar o rechinar los dientes. Es un comportamiento asociado a la alteración en la neurotransmisión de dopamina. Esta puede darse por conductas que alteran el normal circuito del cerebro.

Numerosos estudios clínico-dentales lo asocian a causas relativas en el estilo de vida: exceso de pantallas en el día a día, abusivo consumo de azúcares o, incluso, de drogas. En el campo de la salud, también entran en juego las alteraciones respiratorias o medicaciones para determinados trastornos, como el TDAH, que también influyen en el surgimiento del bruxismo.

Se considera que la dopamina tiene un papel fundamental en el desarrollo del bruxismo. Esta se encarga de:

  1. El movimiento.
  2. La memoria.
  3. Comportamientos cognitivos.
  4. La atención.
  5. El sueño.
  6. El humor.
  7. El aprendizaje.

Por ello, se ha podido comprobar que esta puede afectar a dichas áreas, especialmente a la excitabilidad neuronal, que puede presentar alteraciones y modificaciones de los movimientos rítmicos masticatorios de la mandíbula, pudiendo generar lo que conocemos como bruxismo.

En la actualidad, el origen del bruxismo sigue siendo algo desconocido para los odontólogos y especialistas. Pero, sin lugar a dudas, la calve no reside en una sola área de estudio, sino que también entran en juego diversos factores neurológicos, psicológicos y odontológicos.

¿Qué consecuencias puede tener el bruxismo en el día a día?

Las causas del bruxismo son muy variadas y no están del todo claras. En muchas ocasiones, puede deberse a una mala alineación de los dientes o, incluso, a causas psicológicas. El 70% de los casos están relacionados con estrés o estados de ansiedad o depresión.

Para tratar esta patología es necesario establecer un equilibrio total entre los músculos, dientes y articulaciones. Las férulas –o placas de descarga- son las más utilizadas para conseguir ese equilibrio.

Estas férulas son personalizadas a cada paciente y permiten disminuir las fuerzas de masticación. Gracias a ello, se conseguirá relajar la musculatura y proteger las articulaciones y la dentadura.

Como ves, el Bruxismo sigue siendo a día de hoy un fenómeno bastante estudiado. Sus causas aún se encuentran en constante debate, por lo que seguirá habiendo años de investigación.

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