Salud bucodental: ¿por qué es tan importante?
El bienestar se asocia a menudo con una boca saludable. Muchas veces, al hablar del progreso y de las conquistas de la civilización, se pone como ejemplo una Edad Media áspera, hostil, plagada de enfermedades (entre otras) de la boca. Un mundo lleno de caries, dientes necrosados, gingivitis, halitosis, infecciones de todo tipo y, por si fuera poco, dolor.
No hace falta ir tan lejos para descubrir la importancia que tiene el control de nuestra salud bucodental. El refranero nos recuerda con su “peor que un dolor de muelas” la amenaza para nuestra felicidad que sigue representando una desatención en nuestra boca. Más allá de la sabiduría popular, las molestias que genera una boca mal cuidada pueden desencadenar problemas de salud mental y generar ansiedad, irritabilidad, cuando no depresión.
La boca es el centro
“La salud es el silencio de los órganos”, decía un sabio, y pocas cosas existen más ‘ruidosas’ que una boca en mal estado. Las distintas enfermedades bucodentales pueden convertir nuestro día a día en un infierno si no las mantenemos a raya. Porque quizá se puede llevar una vida relativamente soportable con un brazo escayolado, pero con una boca afectada por distintas dolencias no habrá paz interior posible.
La salud bucodental es importante para una función tan básica, en aquella famosa pirámide de Maslow, como es la fisiológica. Comemos con la boca, nos alimentamos gracias a ella, por lo que su estado óptimo es un requisito fundamental para llevar una vida sana, así como una ingesta de los alimentos con la mejor masticación posible.
Los ojos son el espejo del alma, pero la boca es también un órgano clave en nuestra vida personal. Tanto para comunicarnos con los demás como para el desarrollo de nuestra intimidad; la boca es el centro y merece todas las atenciones.
Cuidar la boca día a día
Desde pequeños, hemos recibido una educación dental centrada casi exclusivamente en el cepillado. Y quizá con alguna insistencia en la importancia de los colutorios o el empleo del flúor. Desde luego, ambas prácticas ayudan a prevenir las caries y cuidar nuestra boca, pero no deberían ser los únicos aliados para mantener una boca sana.
Los profesionales de la salud bucodental, por paradójico que pueda resultar, no se alegran porque la proliferación de las golosinas genere miles de pacientes con caries. Al contrario, su compromiso con la salud implica una pedagogía constante en el cuidado de la boca para que, cuando incurre en las complicaciones que sea, cuente con la mejor asistencia de los profesionales de la odontología.
Pero el deber ético de los odontólogos pasa por inculcar unos hábitos de autocuidado que no solo previenen enfermedades de la boca, sino que permiten una vida saludable en el que ese ‘silencio de los órganos’ sea lo más constante posible.
Para ello, además del cepillado y los colutorios, se debe contar con hilo dental, cepillos eléctricos con cabezal, irrigadores dentales, dentífricos que cuiden las encías y cepillos linguales.
Repetimos: en la salud de tu boca, todo cuidado es poco.
La amenaza de las enfermedades crónicas
Las consecuencias de un abandono de nuestra boca pueden ser fatales; no solo en costes económicos, sino en daños para el conjunto de nuestra boca que pueden complicarse sine die. Un ejemplo claro es el de la caries que puede degenerar en una intervención con endodoncia, pues todo el diente se ha contaminado y hay que actuar de raíz. Esto ilustra los riesgos de no cuidar nuestra boca.
Pero no solo enfermedades de la boca, ya que los problemas bucodentales y periodontales pueden estar relacionados con la aparición de enfermedades crónicas en el resto del organismo. Hay estudios que confirman complicaciones relacionadas con la diabetes, el aumento del riesgo de infarto y problemas relacionados con el riego sanguíneo, al entrar en él bacterias contaminadas por una boca en mal estado.
Como en el planeta Tierra, todo está conectado. Por lo que un problema en la boca afectará al resto del organismo y ello pondrá en riesgo uno de los aspectos fundamentales para nuestro bienestar, la calidad de vida.
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