Muchos recordamos en letreros de los portales lo de «médico estomatólogo». Más de uno, sobre todos los más pequeños, pensaba que los estomatólogos se dedicaban a problemas del aparato digestivo, pero nada más lejos. El término viene de ‘estoma’, que en griego significa ‘boca’ y ‘logía’, que tiene que ver con el estudio y la razón.
Si buscaste en Google términos como “estomatología qué es” ya sabrás que es una etiqueta distinta a la de odontología, pero que forma parte ya del pasado. La especialidad de estomatología, como una de las distintas opciones que los licenciados podían elegir al acabar la carrera, dejó de existir como tal en 2001. Porque desde mediados de los ochenta, en España, irrumpieron con fuerza los estudios de odontología, que han terminado por suplantar a la estomatología tradicional.
Entre las razones de ese cambio está el hecho de que en los distintos países del entorno europeo no fuera ya necesario pegarse un carrerón de cinco o seis años, más la especialidad, para abrir un gabinete dental o trabajar en una clínica. Entonces, ya en Francia o Alemania, bastaban tres años de estudios en odontología para ejercer una profesión que, a la postre, se impuso también en nuestro país, como demuestran las distintas universidades como la Alfonso X El Sabio (UAX) o la Autónoma de Barcelona (UAB), pioneras en la formación de futuros profesionales de la salud bucodental y la odontología.
Diferencias entre estomatología y odontología
Como se puede apreciar, las diferencias no son menores. Tradicionalmente, un estomatólogo tenía, al haber adquirido el título de médico, realizar más intervenciones que un odontólogo, considerado un escalafón por debajo del “médico estomatólogo”. Es decir, el estomatólogo podía ejercer la medicina general localizada en la boca, sí, pero con mayor radio de acción. Así, un médico estomatólogo estaba capacitado para realizar biopsias en la cavidad oral, mientras que un dentista u odontólogo solo podía operar en dientes y encías.
Antiguamente, cuando el odontólogo detectaba que la intervención que requería tal paciente se salía de sus competencias, lo derivaba al estomatólogo. Hoy, un odontólogo cuenta con suficiente preparación, sobre todo si se especializa, para tratar diversas complicaciones, pero deberá recurrir al cirujano maxilofacial en el caso de que se requiera una intervención grave con ingreso hospitalario.
Hablamos de tumores, traumas y deformaciones graves, así como distintas degeneraciones de tejidos en la cavidad bucal que requieren la intervención de profesionales con formación en Medicina.
¿Estudiar Medicina u Odontología?
Es normal que surjan dudas ante un dilema nada menor. ¿Me conviene estudiar toda la carrera de Medicina y luego especializarme en cirugía maxilofacial o es suficiente con el título de Odontología? Aquí se impone una cuestión personal y de capacidad para costearse unos estudios de largo recorrido como Medicina, con su especialización posterior tras la presentación al examen MIR, con su correspondiente inversión de tiempo.
Ambos tienen capacidad de abrir una clínica dental y contratar a los trabajadores, odontólogos y demás especialistas (higienistas, protésicos dentales, periodoncistas) y dedicarse profesionalmente, de manera privada, a la salud bucodental.
Sí que es bueno tener en cuenta que el cirujano maxilofacial puede llevar a cabo intervenciones más complejas y que se sitúa en un rango de gran responsabilidad. La cirugía maxilofacial que se practica en España está muy valorada a nivel mundial, por lo que las oportunidades de trabajo en el ámbito privado serán grandes, sin menoscabo de un buen sueldo en el terreno público. Es una carrera de fondo, pero ya lo dice el refrán: sacrificio, beneficio.
Escribe un comentario